viernes, 21 de diciembre de 2012

Culo de mal asiento

Este año no he podido escaquearme de poner el árbol. Dejando a parte que mi espíritu navideño deja mucho que desear y lo poco que queda de él es gracias a mis hijos, no es que me  moleste poner el árbol, por ellos hasta subo a una palmera a pulso y la decoro si hace falta. El problema es que no son los únicos miembros de la casa que codician el árbol de navidad, hay una gata negrapeludagorda, una Nit que esa tarde estuvo vigilando todos nuestros movimientos y controlando los cutreadornos de los chinos. Este año pusimos las pocas bolas que quedaban enteras en la parte de arriba y compramos unas estrellas doradas que no hacían mucho ruido al caer. Al caer no pero al caer, recaer, requetecaer y rebotar por todo el pasillo como una bola de pinball a la una de la madrugada no es plan por mucho que el vecino de abajo también tenga gato, entienda el espíritu minino navideño y se apiade de nosotros.
Luego está Lluna que aunque mire el árbol y los adornos con aire de suficiencia como si esas bobadas no fueran con ella, es la primera en perder el culo tras lo primero que su compañera consigue tirar.
Así que la primera noche el árbol durmió en el cuarto de baño. El segundo en la habitación de Ángela  y las siguientes en el cuarto de Gabriel que es quien no se despierta casi nunca y cuya puerta no suele abrirse en toda la noche. Tan contento está mi hijo que tiene el árbol para él solito.
Feliz Navidad!!