El viernes Gabriel "se graduó", mi niño ha acabado preescolar. Confieso que tuve que aguantarme las lágrimas un poquito por dejar esta etapa atrás... Me estoy leyendo La casa del silencio de Blanca Busquets y hay una frase que me va como anillo al dedo así que se la voy a robar:
"Mira que cuesta que pasen los años cuando son oscuros. Cuando son claros, en cambio, vuelan".
Mis hijos han llenado mi vida de claridad, porque desde que están conmigo me vuelan los días y los años.
Tres años aproximadamente tiene este blog, hace tres años que le quité
el pañal a mi hijo porque empezaba el colegio en septiembre y no las tenía todas conmigo porque lo veía más bebé que niño y cuando me dijeron que tenía que llevar bata de botones para practicar la motricidad fina me entraron sudores fríos.
Hemos tenido momentos de todo, sobretodo por las mañanas, esas mañanas gloriosas llenas de llantos y de mocos en las cuales mi hijo no quería ir al colegio. Ha llorado en P3, en P4 y un par de meses de P5, me ha partido el alma y ha acabado con mi paciencia y justo ahora que parecía cogerle el gustillo a la escuela va y empiezan las vacaciones. Salimos del colegio llorando, bueno llorando él para no perder costumbre. No sé si es porque todos los niños de cinco años funcionan igual o es porque es in vitro. Hijo mío, le dije el otro día, tú en tu línea que cuesta más meterte que sacarte y eso que sacarte costó un mundo, cuando hay que ir al parque no quieres ir y luego para marcharnos no hay manera, con la hora del baño lo mismo, no ves el momento de meterte y luego el momento de salir... Me miró con esos ojos de bambi desvalido velados por las lágrimas es que yo quiero a la Emma y quiero ir al cole con mis amigos ¿el año que viene estaré con mis amigos?, me da mucha pena que se acabe el cole... Bueno supongo que en parte se huele que el año que viene se le va a acabar la buena vida, fuera Racons de jocs i espais, más letras, más números y lletra lligada a porrillo.
Ni que decir que me siento terriblemente orgullosa de él y que lo quiero más que a mi vida.
3 comentarios:
Pues hija, qué te voy a decir, que yo sí que lloré en la "graduación" de Héctor. Y mira que me aguanté, pero no hubo manera, las lágrimas salían en plan aspersor jajaja
Qué pena que crezcan tan rápido :-(
Bss,
Inma
Los míos empiezan en septiembre P3, y todavía no me lo creo...ellos no se si llorarán, pero yo a moco tendido, lo sé. Más vale que me compre un buen rimmel waterproof...
jaajajaj, Ángela tb empieza en septiembre, a ver, seguro que no se libra de llorar algun día además lo peor no es la semana de adaptación queel mío no lloró nada, lloró después cuando se dio cuenta que la situación era permanente jaajajaj. Pero bueno ella es de enero con l oque casi empieza con cuatro años y es que ella eso, la veo una niña superhecha y derecha y él lo veía un bebito...
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