Se ha acabo el cole. Hasta dentro de tres meses claro. La verdad me ha dado penita que haya acabado el curso, mi niño el año que viene hará P4 (ya veis, que mayor!) ha sido un año de "transición" ha dejado atrás totalmente la etapa de bebé. Mirando las fotos del cole las mamás comentábamos lo mucho que han cambiado todos, lo "mayores" que están ¡Gabriel ya es todo un niño! Estoy contenta porque se ha desapegado muy bien de mi, se ha adaptado a la escuela a las mil maravillas y ha hecho un montón de amigos. Adora a sus profesoras y sus profesoras a él, o al menos así me lo han hecho saber, que es un niño adorable. Que voy a decir yo, que soy su madre... Porque si algo es mi hijo, no sé de quien lo habrá heredado, es social. Tiene la capacidad de meterse a los adultos en el bolsillo en dos segundos, se planta delante de ellos con una sonrisa de oreja a oreja, les cuenta cualquier milonga y los mira con esos ojos grandes como soles y caen rendidos a sus pies.
Le he explicado que durante muchos muchos días no va a ver a su querida Emma, su profesora, que no habrá cole y me ha respondido todo indignado pero a mi me guta ir al cole!
Quien me lo iba a decir hasta pasadas las Navidades cuando cada mañana al dejarlo en la fila lloraba como un madaleno...
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