sábado, 10 de septiembre de 2011

Aromas

Estoy indignadísima, llevo un megacatarrón veraniego que no me deja vivir. Ayer le dije a la doctora "pero oiga, cuando fumaba a mi no me pasaban estas cosas". ¿Sería por el humo del tabaco que ahuyentaba a las personas y por efecto rebote, a los virus? Además mis hijos, por una vez, no han tenido la culpa (es que este año he tenido más faringitis que el resto de mi vida todas contagiadas por Gabriel), miedo me da la vuelta al cole.
 Lo que más me ha jodido, hablando claro, es que me he quedado sin sentido del olfato y del gusto que van en el mismo pack: intento tomármelo por el lado positivo, da igual que me coma una caja de donuts o un kilo de alfalfa, me saben absolutamente igual, así aprovecho para retomar la dieta dukan que la había dejado en suspenso por culpa del helado de chocolate del hacendado y pierdo dos kilitos que tenía pendientes.
Lo del olfato, pués en principio (es que llevo así como dos semanas que se dice pronto) hasta tenía su gracia. "Puff que peste que la niña se ha hecho caca", dice mi marido todo escandalizado, malascostumbrado a que la tonta de su mujer salga pitando a cambiarle el pañal.
"Anda pués ya que lo mencionas, cámbiala tú". Suerte también que la criatura a veces avisa, ¡¡mama caca!! y efectivamente, se ha hecho caca. Lo mismo para Gabriel porque mi niño aunque hace caca en el water tan ricamente, necesita público (bueno yo misma desde que tengo gatas mi intimidad finalizó, hay que ver el idilio que se traen los felinos con los cuartos de baño, si la Presley tiene gatos deben vivir en el paraíso...) y alguien que le limpie bien el culo porque cuando va al cole se nota que les fomentan la autonomía y se lo limpian ellos solos, pero es un decir esto de que se lo limpian: hay que ver como deja los gallumbos de rayo mcqueen, ahora sé porque el bólido de marras corre tanto, para no oler la mierda de mi hijo que será muy pequeñito pero cagar caga como un mayor. Si sumamos que matemáticamente le entran ganas cada vez que nos sentamos a la mesa a comer, es una gran ventaja el no tener olfato.
Unos días, se soporta. Pero me estoy hartando. Me he dado cuenta que el sentido del olfato tiene más importancia de la que le damos. De hecho dicen que la memoria olfativa es la más evocadora y la que más recuerdos desencadena... Hablo por mi: cuando me he despedí de mis padres y de mi hermano mayor los besé, los toqué y los olí, consciente que podría volver a verlos en fotos, a escucharles y verles también en vídeo pero nunca podría volver a tocarlos, abrazarlos y olerlos...
Somos mamíferos.
A Patrick Suskind el tema le dio para escribir El perfume, que genio de la evocación olorífera y que gran libro.
Pero lo que en realidad echo de menos es el aroma de mis hijos, enterrar mi nariz en el pelo o en el cuello y oler esa mezcla a colonia de niños, a canela, a sudor limpito, a mis nenes...
En fin, espero que los antibióticos hagan su efecto.

2 comentarios:

Inma dijo...

Ay pobre jajaja
ESpero que mejores.
Bss,
Inma

IsayAriadna dijo...

Mejorate guapa, vaya telita con las farigintis.

Nosotros tambien hemos estado chunguillos con mocos y la garganta.

MIL BESOS