viernes, 21 de febrero de 2014

Haciendo la vista gorda

Hace días que quería escribir un post sobre el tema pero la verdad es muy difícil abordarlo.
En las redes sociales ha sobrevenido un mutismo ante la tragedia en Ceuta en la cual han muerto ahogados quince inmigrantes de origen subsahariano que intentaban cruzar la frontera de manera ilegal.
Alguien me comenta que hay que ponerse en el lugar de los guardias civiles que trabajan en Ceuta, que la situación allí desde el punto de vista profesional es muy complicada.
La verdad, me cuesta ponerme en su lugar. No de los que salvan vidas, auxilian a los que llegan desesperados y medio ahogados a la playa.  Me cuesta ponerme en el lugar de los que dispararon bolas de goma y botes de gas lacrimógeno. Vuelvo a preguntarme lo mismo ¿dormirán tranquilos por las noches? ¿escucharán los gritos de auxilio de los que se estaban ahogando?
Tampoco me puedo poner en la piel de los que conviven cada día con la desesperación . En la vida he pasado hambre, siempre he tenido un techo que me ha guarecido. Estoy escribiendo cómodamente desde mi casa, sentada en un sofá, a una temperatura ideal, tengo un armario lleno de ropa, la nevera rebosa comida. Mis hijos tienen todas sus necesidades físicas -y eso espero- emocionales cubiertas. A pesar de vivir en un pais con una crisis galopante en mi casa entra un sueldo congelado por el estado desde hace tres años, cada mes.
Soy afortunada.
No. Me niego a ponerme en el pellejo de los guardias civiles que acataron órdenes. Que hayan muerto quince personas no tiene justificación ninguna aunque muchos, demasiados, piensen que de alguna manera hay que detener semejante "invasión".  En esta vida antes de causarle dolor a un ser humano, o lo que es peor, la muerte, siempre hay que buscar una alternativa. ¿Acaso no quieren aprobar una ley restrictiva aborto para preservar al derecho a la vida?  La vida de futuros españoles, por supuesto.
Tragedias como estas me hacen renegar de mi propia especie.

viernes, 14 de febrero de 2014

The Blow Monkeys - Digging Your Scene


El otro día me vino a la cabeza una canción: Digging your scene. Ni corta ni perezosa la busqué por you tube para volver a escucharla. Maldita (o bendita) la hora: desde entonces me persigue día y noche. 
No se encontraban The Blow Monkeys entre mis grupos favoritos. Un grupo fugaz del que sólo recordaba dos canciones exitosas y un cantante buenorro del que mi hermana decía que se parecía a un compañero de universidad, del cual estaba colada hasta los tuétanos y que se llamaba Paco.
Qué cosas...
El poder evocador de la música es así de absurdo y esta canción me ha traído recuerdos de mi por aquella entonces, recién estrenada, confusa y acomplejada adolescencia que guardaba muchos paralelismos a la Carrie de Stephen King sin sus poderes telequinéticos.

Afortunadamente el paso del tiempo actúa como la muerte, endurece las facciones de la cara pero ensalza y suaviza las virtudes de las personas que ya no están y los acontecimientos vividos.

No, no, personalmente y menos de aquella época no abandero el absurdo  cualquier tiempo pasado nos parece mejor. Me asalta una punzada de nostalgia, tan sólo eso. Nada de aquellos maravillosos años. Más bien lo contrario. Las sucesivas, eternas y desmotivantes clases del instituto convertidas en un cautiverio impuesto sin final, horas inexorablemente lentas que resultaban un horror y la sensación de estar perdiéndote algo importante más allá de los muros del instituto. La percepción del tiempo a los quince años estoy convencida que inspiró la teoría de la relatividad de Einstein que al parecer también se aburría soberanamente en la escuela.
  Algo positivo debían de tener aquella segunda mitad de lo antiestéticos ´80 rebosantes de hombreras y sombreritos de gondolero. Sonaban temas estupendos como Walk out to winter de los Aztec Camera,  Dignity de Deacon Blue, Breakout de Swing Out Sister, Don´t leave me this way de The Communards. Me transporto a las fiestas de instituto, a los amores no correspondidos, al sentimiento de "tribu" no siempre recíproco y al batiburrín hormonal que te hacía pasar de la risa al llanto como un ferrari de cero a doscientos.
A veces pienso que si se hizo más llevadero fue gracias entre otras cosas, a la música. Otras lamento no haber nacido veinte años más tarde para tener a mi alcance de mi mano toda la música y libros de los que dispongo ahora...


Gracias a la magia de you tube  redescubro a un cantante, con una estética impecable. Parece un dandy sacado de una novela de E.M. Foster. Su voz, a titulo personal, me recuerda Morrisey de The Smiths.
 El vídeo una frikijoya. Una estrambótica combinación de club de jazz de los años 30 y la serie Dinastía que se carga todo el glamour, nunca mejor dicho, de la escena. Y el maquillaje recargado que da una apariencia histriónica a todo el conjunto, desconozco si hecho a conciencia.
Muerta de curiosidad buceo por la red en busca de información de este no-desaparecido grupo. Se separaron a principios de los ´90 pero volvieron a grabar en el 2007. Tienen muy buenas canciones además de los dos archiconocidos Digging your Scene y It doesn´t have to be this way y en directo sonaban/suenan realmente bien.
Bueno si alguien le ha estado taladrando en la cabeza esta canción que sepa que la culpa es mía. Quien sabe, igual algun super poder de Carrie desarrollé durante las clases de matemáticas...
Ya me direis que os parece el vídeo. Si os corroe la curiosidad como a mi y quereis saber si el tiempo ha sido clementee os dejo este enlace de Dr. Robert and The Blow Monkeys en una actuación muy reciente, haced click aquí. (he sido incapaz de subirlo). Espero que os haya gustado esta breve incursión en los años ´80.

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