lunes, 25 de octubre de 2010

Hay las "itis"...

Si hay una virgen del perpétuo moco  nos tendremos que encomendar a ella para ver si se los queda  todos porque en casa, desde que empezó el cole el pequeñajo, nos vamos pasando los virus los unos a los otros. Hacía años, desde mi adolescencia para ser exactos que no pillaba estos trancazos tan gordos, en un mes llevamos dos faringitis y mi marido que parecía inmune a los resfriados tampoco se ha librado.
Encima esta noche Gabriel tenía cagarrinas, no parece que haya ido a más y exceptuando que se ha tirado un pedo con sorpresa al mediodía y se ha estucado los calzoncillos, parece encontrarse bien...
Supongo que las profesoras de los pequeñajos sobretodo, deben ser inmunes a estas alturas entre tanto fluido infantil contaminado, son vacunas humanas. Si las muerde un vampiro seguro que les daría hasta por rezar un rosario...

miércoles, 20 de octubre de 2010

¿Espíritu aventurero? No gracias

Si yo hubiera sido Cristóbal Colon la tierra aún sería plana y América estaría sin descubrir.
Tengo cero espíritu aventurero y aunque me gusta visitar lugares nuevos, sea en el transporte que sea, no me entusiasma viajar. Me cuesta, una mezcla de nerviosismo, desazón lo que sea me reconcome el estómago; luego una vez puesta en faena reconozco que disfruto del viaje. Igualmente, el día que descubran la teletransportación, seré feliz.
He de hacer una confesión: me aterroriza volar.
La primera vez que monté en un avión fue dos semanas después del atentado de las torres gemelas. Me casé el 29 de septiembre de 2001.
Me quedé en shock como casi todo el mundo con el atentado del 11S. No paraba de decirme a mi misma que en dos semanas subiría por vez primera a un avión, rumbo a Madeira (menos mal que el presupuesto no nos dio para más lejos), maldiciendo a mi marido por no haberlo convencido para irnos a Benidorm con el inserso.
Al día siguiente en el trabajo me dio por preguntarle al que era mi jefe en esos momentos, que tal era esto de volar (las malas lenguas decían que había trabajado como ingeniero en la NASA) y me explicó con pelos y señales que había estado a punto de estrellarse en un vuelo cuando el avión había descendido en picado no se cuantos metros de golpe. Pensaba que bromeaba pero que va, era verdad...Que cafre... Y me sugirió que antes de volar me tomase un whisky.
Así que me subí al avión relativamente tranquila, con dos valerianas en el cuerpo sin saber por aquel entonces que el trankimazin (y el whisky) era mucho más eficaz para estos casos. O un buen derechazo en la mandíbula para dejarme fuera de combate como a Mr. T.
El despegue fue horroroso, pensé que me iban a estallar los tímpanos, mi marido emocionadísimo insistiendo que mirase por la ventanilla (él iba sentado en ventanilla, había hecho la mili en la brigada paracaidista) y, jamás lo olvidaré, al señor que iba en pasillo, con los ojos cerrados como si rezase (probablemente lo hacía) aferrado a un reloj de pulsera sin correa, frotándolo frenéticamente con el pulgar y el índice como si esperase que saliera el mismísimo genio de la lámpara Aladino...
La verdad es que nunca he estado tan cerca de perder el control, sólo fui capaz de pensar que era nuestra luna de miel y que no iba a estropearla, y que si mi marido paraba de insistir en que me comiera un trozo de tortilla de patatas igual no vomitaba...
Hicimos escala en Lisboa y cogimos otro vuelo hasta Madeira. Este despegue ya fue mejor y el aterrizaje en la isla recibió hasta aplausos porque el tamaño de la pista es para morirse de risa...
Mi marido estuvo toda la estancia en Madeira haciendo coña con que de vuelta me podía pillar una patera con brújula si no me apetecía volver a  volar...
Seguramente la próxima vez que me suba en avión será con mis hijos, y estaré tan concentrada en que no rompan nada (no se vaya a caer el avión) que no me dará tiempo ni a tener miedo...

martes, 5 de octubre de 2010

El club de los poetas muertos


Me falta muy poquito para cumplir los 38 y el otro día Circe acariciándose la barriga donde su hijo Alex nada plácidamente, nos preguntaba a Arantza y a mi ¿no os parece que fue ayer cuando teníamos examen de filosofía? Pués ayer, lo que se dice ayer, no fue...
Recuerdo que vi esta peli hace ya como 20 años mínimo, que se dice pronto, con el instituto (con Circe? Yo también estoy Dori...) y nos echamos unas risas con la profesora  de literatura cuando le dijimos a ver si se nos subía a la mesa como Robin Williams...
"Carpe Diem", literalmente, ahora sí que aprovecho el día y me faltan horas...
Pero por aquel entonces muchos intrepretaron haz el golfo o vete de parranda de lunes a domingo, aunque no era este el mensaje de la película creo que logró despertar la vocación de más de un  profesor de literatura en ciernes...
Por cierto hoy le han dado el nobel a Robert Edwards, el padre de la fertilización in vitro y como me faltan horas al día, aprovecho la entrada que si no, me olvido.
Gracias a él está Gabriel en este mundo.
Hay que ver lo jóvenes que estaban Ethan Hawke y Robert Sean Leonard.
Y no, no volvería atrás, ni sabiendo ni sin saber, me gusta mi vida tal y como es ahora.