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miércoles, 2 de octubre de 2013
Deberes si deberes no
Es la eterna pregunta de los padres de los escolares. Mi hijo acaba de empezar primero de primaria y ayer fui a la reunión para que nos explicaran que conocimientos tenían que adquirir a lo largo de este curso y que tres veces por semana se llevarían deberes a casa.
Con lo cual abro la veda a un tema que se debe estar debatiendo desde hace más de un siglo: deberes.
En el cole de mis hijos (y en toda Catalunya imagino) los llaman feinetas (trabajitos para que me comprenda el resto de la península e islas), suena un poco Toni Soprano, lo sé.
Los deberes son un mal Karma al que estamos condenados a sufrir dos veces o incluso tres a lo largo de nuestra vida si llegamos abuelos, la demencia aún no nos ha atacado y nos toca medio críar a los nietos por culpa de la crisis porque los padres se están deslomando a trabajar no para darse unas vacaciones de lujo o comprarse un mercedes sino para pagar la factura de luz.
Si tenemos en cuenta que desde los seis años hasta los aproximadamente dieciséis años (mínimo) estamos escolarizados y con feinetas para cuando empezamos a trabajar en una empresa con un salario casi nos sabe a gloria hacer horas extras.
¿O no?
Dicen que los deberes son para reforzar lo aprendido en la escuela, para crear un hábito de estudio y de trabajo y yo soy la primera en estar de acuerdo que son necesario pero en su justa medida. Ahora mismo sé que las tareas que les van a enviar son mínimas. Pero luego, conforme pasan los años les mandan más deberes y hablo por propia experiencia, si sumamos los exámenes ¿cuánto tiempo les queda libre? ¿No se supone que el hábito de estudio lo han adquirido?
El año pasado en un refugio de montaña vi a una pareja con dos hijos de unos doce años haciendo los deberes y es la tónica general. Los trabajadores tienen libres al menos un día a la semana, muchos un fin de semana. A los escolares les damos tareas los fines de semana y durante las vacaciones de verano les mandamos tareas para que no se olviden. Sí, ya sabemos que son largas pero también son largas para los profesores y ellos no se llevan nada en los meses de verano para no olvidarse.
En fin prefiero no pensar más y que mi hijo pase por el aro como lo hemos hecho todos. ¿Acaso no se trata de eso? ¿De hacer las cosas de la misma manera y porque toca? No importa que nuestros hijos vivan en el s XXI, aprenden las mismas cosas que aprendimos nosotros y a la vez nuestros padres (o algunos de nuestros padres).
No recuerdo cuando se da una raíz cuadrada, sobre tercero o cuarto pero, yo la aprendí en su momento, fui una buena estudiante en la EGB, de las que hacían los deberes sin que mi madre tuviera que decirme nada, responsable. No recuerdo como se hace una raíz cuadrada. No me ha hecho falta jamás en la vida hacer una para nada y cuando a mi hijo le toque aprenderlas si no la caza al vuelo ese día le va tocar a mi marido refrescar la memoria porque yo estoy pez.
Dan cuatro horas por semana matemáticas y lengua, dos de música y dos de inglés. ¿Por qué las mates son más importantes que la música? En caso de necesidad resolver una raíz cuadrada no le ha salvado la vida a nadie (y si lo ha hecho que me lo cuente estoy impaciente) pero en los tiempos que vivimos seguro que más de un@ se ha planteado sacarse un sobresueldo tocando la guitarra en el metro.
Sin mencionar el inglés y el pésimo nivel que tenemos en España.
En fin...
lunes, 30 de septiembre de 2013
Tengo una Khalessi
El otro día en el FB vi esta foto:
Voy a tener que hacerme con una para Ángela.
Supongo que sois much@s los que teneis una pequeña Khaleesi en casa. Para los que no sigais la serie Juego de Tronos informo que Khalessi es una princesa guerrera con muy mala gaita y cabezota como ella sóla empecinada en reconquistar los reinos que le arrebataron a su familia asesinada.
Pues bien yo tengo una pequeña Khaleessi y aunque a veces me saca de mis casillas, la verdad es que me alegro. Es una niña con carácter y se convertirá en una mujer con un buen par que no se dejará pisar por nadie. El otro día mi hijo me dijo que se iba a disfrazar de Dracula para Halloween y le pregunté a mi hija si se iba a disfrazar de princesa. No mami yo no zoy una princeza yo me voy a dizfrazar de calabaza. Pues supongo que si me Ángela hubiera sido amante de las muñecas, de las Barbies, del color rosa y de las princesas pastelosas la querríamos igual (y ojo, soy conciente que el universo Barbie ataca a traición de la noche a la mañana) desde que le he cortado el pelo (melenita por la nuca para que no regresen los aliens) no se deja poner pasadores ni nada en el pelo no mama que se van a reir de mi los niños. Es muy Mérida también.
Aunque mi niña es muy femenina llevamos un look cómodo, las bambas de su hermano que son las de no llorar (se lo dije el segundo día de ir al cole para que no llorase, como él lloró tanto con ellas puestas tenía la esperanza que se le hubieran terminado, pues ha funcionado) y como hace tanto calor pantalones cortitos tipo mallas y camiseta que además para estar cómoda le va genial.
Salvo la llorera del primer día nuestra Khaleesi se ha adaptado estupendamente al cole. Las madres cuyos hijos no lloraron ese día -claaaaro como no ha ido a la guardería- se han tenido que comer sus palabras, muchos SI han ido a la guardería y han llorado el primer día, el segundo y el tercero y siguen y suman. La mía entra feliz, no mira atrás después de darme el beso de despedida y me cuenta que han hecho cada día y que tiene una amiga que se llama Lia, otra Naiara, otro Simón, una Angelina que hace honor a su nombre porque es la mitad de grande que Ángela, un Mateo y nuestro vecinito Aidan se sienta a su lado. Después del voto de silencio de Gabriel durante los dos primeros años de preescolar -¿qué has hecho en el cole? nada- me sabe a gloria.
Ahora sólo espero que mi pequeña princesa Khaleesi el día que se enfade no saque los dragones de la mochila y le chamusque el pelo a la profesora.
Voy a tener que hacerme con una para Ángela.
Supongo que sois much@s los que teneis una pequeña Khaleesi en casa. Para los que no sigais la serie Juego de Tronos informo que Khalessi es una princesa guerrera con muy mala gaita y cabezota como ella sóla empecinada en reconquistar los reinos que le arrebataron a su familia asesinada.
Pues bien yo tengo una pequeña Khaleessi y aunque a veces me saca de mis casillas, la verdad es que me alegro. Es una niña con carácter y se convertirá en una mujer con un buen par que no se dejará pisar por nadie. El otro día mi hijo me dijo que se iba a disfrazar de Dracula para Halloween y le pregunté a mi hija si se iba a disfrazar de princesa. No mami yo no zoy una princeza yo me voy a dizfrazar de calabaza. Pues supongo que si me Ángela hubiera sido amante de las muñecas, de las Barbies, del color rosa y de las princesas pastelosas la querríamos igual (y ojo, soy conciente que el universo Barbie ataca a traición de la noche a la mañana) desde que le he cortado el pelo (melenita por la nuca para que no regresen los aliens) no se deja poner pasadores ni nada en el pelo no mama que se van a reir de mi los niños. Es muy Mérida también.
Aunque mi niña es muy femenina llevamos un look cómodo, las bambas de su hermano que son las de no llorar (se lo dije el segundo día de ir al cole para que no llorase, como él lloró tanto con ellas puestas tenía la esperanza que se le hubieran terminado, pues ha funcionado) y como hace tanto calor pantalones cortitos tipo mallas y camiseta que además para estar cómoda le va genial.
Salvo la llorera del primer día nuestra Khaleesi se ha adaptado estupendamente al cole. Las madres cuyos hijos no lloraron ese día -claaaaro como no ha ido a la guardería- se han tenido que comer sus palabras, muchos SI han ido a la guardería y han llorado el primer día, el segundo y el tercero y siguen y suman. La mía entra feliz, no mira atrás después de darme el beso de despedida y me cuenta que han hecho cada día y que tiene una amiga que se llama Lia, otra Naiara, otro Simón, una Angelina que hace honor a su nombre porque es la mitad de grande que Ángela, un Mateo y nuestro vecinito Aidan se sienta a su lado. Después del voto de silencio de Gabriel durante los dos primeros años de preescolar -¿qué has hecho en el cole? nada- me sabe a gloria.
Ahora sólo espero que mi pequeña princesa Khaleesi el día que se enfade no saque los dragones de la mochila y le chamusque el pelo a la profesora.
lunes, 16 de septiembre de 2013
El corazón partido...
El jueves pasado mi hija me partió el corazón en su primer día de colegio. Un hachazo directo.
No estoy acostumbrada a que Ángela me conmueva de este modo, el sentimental de la familia es Gabriel, con esos ojos grandes y profundos como lagos. Ese aire delicado y desvalido que afortunadamente ha ido disminuyendo con el paso del tiempo.
Ella tiene un semblante risueño, es resuelta y guerrera y si ha hecho falta ha salido en defensa de su hermano a pesar de ser la pequeña.
No es que Ángela no llore, porque ella llora hasta zapatear cuando no se sale con la suya. No es yo sea una desalmada y no me de pena cuando llora porque se ha caído, porque tiene miedo o porque está malita. Me pilló en bragas, vulgarmente dicho. Me desarmó no con sus lágrimas (que también), sino con sus gestos y sus palabras, porque mi hijo lloraba y no decía nada más, le desbordaba la pena poniéndo la misma canción del CD no quiero ir al coleeeee (el primer año de párvulos ni eso, lloraba y lloraba).
Pero Ángela entró en la clase y se fue poniendo cada vez más nerviosa no me gusta este cole quiero ir al cole de los grandes con el tete (porque ella se pensaba que se iría con su hermano y sus amig@s a pesar de haberle repetido hasta la saciedad que no los vería porque su hermano va al cole de los niños supergrandes), no me gustan estos niños hacen mucho ruído (aunque era ella la única que lloraba) y son pequeños (es que ella es de enero y encima muy espabilada), quiero irme a casa, vámonos a casa mami, no me gustan los coches, no me gustan las muñecas, no me gustan las galletas, no me gusta hacer filas de elefantes, este cole es aburrido y un rollo (abudido y un dollo). Y me tuve que ir, con el corazón del tamaño de una uva pasa...
Y luego la vi, en el patio, porque yo con Gabriel no me pasaba a las horas de recreo por aquello de ojos que no ven corazón que no siente, sentadita en el filo de madera del arenero que usan para jugar, y allí se quedo solita, ya sin llorar y la vi tan tan pequeñita otra vez...
El viernes entró mejor, ya no lloró, le dijo a la profesora que yo espero a mi mami que vuelva cuando esta le dijo de jugar. Pero le pudieron las ganas y luego, cuando volví a pasar por el patio la vi jugando con los demás niños con los cubos y las palas...
Y hoy ha ido muy bien, han llorado algunos niños que se acababan de percatar que esto de ir al cole iba a ser cada día. Me he pasado a la hora del patio y la he visto de lejos jugar con otros niños y luego, a la salida estaba hablando por los descosidos con una "amiga" de la cual se ha despedido.
Está contenta así que yo, feliz cual perdiz.
No estoy acostumbrada a que Ángela me conmueva de este modo, el sentimental de la familia es Gabriel, con esos ojos grandes y profundos como lagos. Ese aire delicado y desvalido que afortunadamente ha ido disminuyendo con el paso del tiempo.
Ella tiene un semblante risueño, es resuelta y guerrera y si ha hecho falta ha salido en defensa de su hermano a pesar de ser la pequeña.
No es que Ángela no llore, porque ella llora hasta zapatear cuando no se sale con la suya. No es yo sea una desalmada y no me de pena cuando llora porque se ha caído, porque tiene miedo o porque está malita. Me pilló en bragas, vulgarmente dicho. Me desarmó no con sus lágrimas (que también), sino con sus gestos y sus palabras, porque mi hijo lloraba y no decía nada más, le desbordaba la pena poniéndo la misma canción del CD no quiero ir al coleeeee (el primer año de párvulos ni eso, lloraba y lloraba).
Pero Ángela entró en la clase y se fue poniendo cada vez más nerviosa no me gusta este cole quiero ir al cole de los grandes con el tete (porque ella se pensaba que se iría con su hermano y sus amig@s a pesar de haberle repetido hasta la saciedad que no los vería porque su hermano va al cole de los niños supergrandes), no me gustan estos niños hacen mucho ruído (aunque era ella la única que lloraba) y son pequeños (es que ella es de enero y encima muy espabilada), quiero irme a casa, vámonos a casa mami, no me gustan los coches, no me gustan las muñecas, no me gustan las galletas, no me gusta hacer filas de elefantes, este cole es aburrido y un rollo (abudido y un dollo). Y me tuve que ir, con el corazón del tamaño de una uva pasa...
Y luego la vi, en el patio, porque yo con Gabriel no me pasaba a las horas de recreo por aquello de ojos que no ven corazón que no siente, sentadita en el filo de madera del arenero que usan para jugar, y allí se quedo solita, ya sin llorar y la vi tan tan pequeñita otra vez...
El viernes entró mejor, ya no lloró, le dijo a la profesora que yo espero a mi mami que vuelva cuando esta le dijo de jugar. Pero le pudieron las ganas y luego, cuando volví a pasar por el patio la vi jugando con los demás niños con los cubos y las palas...
Y hoy ha ido muy bien, han llorado algunos niños que se acababan de percatar que esto de ir al cole iba a ser cada día. Me he pasado a la hora del patio y la he visto de lejos jugar con otros niños y luego, a la salida estaba hablando por los descosidos con una "amiga" de la cual se ha despedido.
Está contenta así que yo, feliz cual perdiz.
lunes, 2 de septiembre de 2013
Vuelta y revuelta al cole
Mi niña empieza el cole. Una parte de mi (como un 90%) se siente tentada por tirar unas cuantas serpentinas al aire y abrir una botella de cava en cuanto cruce la puerta. El otro 10% restante, que sí, que la voy a echar de menos, pero vamos, que no la envío a un internado, ni siquiera se quedará en el comedor. Sólo voy a estar cinco horas al día menos con ella.
Mi hermana si se lamenta: ai que pena, ahora cuando quedemos para hacer un café no voy a verla. Pues nada mujer, yo si quieres te la facturo y le haces homeschooling ahora que está tan de moda, la educas académicamente hablando, en tu casa...
¿Y lo tranquila que me voy a tomar ahora el café y el croissant sin tener que levantarme cincuenta veces a sacarla del cochecito o moto de moneditas de turno? Por fin el camarero no se acordará de nuestra ascendencia al recoger el sembrado de servilletitas de papel pintadas con el boli que su tía, muy previsora, lleva siempre sabiamente en el bolso, no como yo, que soy una mala madre y siempre me olvido los lápices de colores y la libreta en casa para que se entretenga.
Lejos, pero que muy lejos queda aquella pregunta ingénua a mi hermana cuando Gabriel era un bebé tranquilo y bonachón y no sabía lo que se me avecinaba. ¿Y no te dio pena dejarlos en el colegio? (a mis sobrinos) La respuesta fue uno NO y una careto de ai mujer espera a que crezca y verás...
Fuera ironías, Ángela es estupenda, me ha dejado hacer las tareas domésticas sin rechistar, que no te bajes del sofá que está el suelo mojado y ella no se baja, además siempre solícita a ayudarme, me da las pinzas de la ropa para tender, pasa la gamuza para quitar el polvo y aunque a veces se han puesto las cosas tensas en la cocina no toques que te quemas, no abras los cajones de los cuchillos, cierra la nevera que se escapa el frío. Ya me gustaría ver a Arguiñano si seguía haciendo chistes si tuviera que cocinar con una mocoseta llorándole en la puerta de la cocina.
Por lo demás si echo la vista atrás (ya me está entrando la nostalgia) una santa...
Pero el deber es el deber, y el deber le llama. Empezará con tres años y ocho meses, muy hecha. Su currículim contará con un cursillo de defensa personal nivel avanzado por gentileza de su hermano (por qué le pegas a tu hermana no no le pego, le estoy enseñando a defenderse). Por otro lado espero obtener mi justa recompensa. Por su bien y por el mío, que consigamos una correcta y a ser posible rápida adaptación. Porque si tengo que volver a escuchar llantos los próximos tres cursos todas las mañanas a la puerta del colegio no respondo de mis actos e igual mi marcador de mamá ya no grita vuelve a partir de cero.
Con ella esta etapa la vivo con ilusión, porque con Gabriel la viví con mucha angustia, con mucho miedo, sin poder poner en práctica eso de respetar los ritmos, sin saber hasta que punto él se iba a poder desenvolver sólo, por mucha ayuda que tuviera de la profesora. En fin Gabriel es Gabriel y Ángela es Ángela. Ahora en su escuela también están cambiando muchas cosas, podemos acompañarlos más días dentro del aula para que el proceso sea más gradual y menos traumático.
Ángela sí, es grande, por dentro y por fuera, pero tiene sus miedos y los manifiesta a lo grande también. Soy realista, no deja de tener tres años, pocas veces se ha separado de mi lado y es probable que llore los primeros días.
Pero preparamos las cosas las dos con ilusión y la hago partícipe. Lo contenta que está con su mochila nueva. Y guardaré el bocata de nosilla y la agenda y la bata como la del tete.
Hay mi bebota preciosa, que grande te me estás haciendo...
miércoles, 26 de junio de 2013
Cerrando etapa
El viernes Gabriel "se graduó", mi niño ha acabado preescolar. Confieso que tuve que aguantarme las lágrimas un poquito por dejar esta etapa atrás... Me estoy leyendo La casa del silencio de Blanca Busquets y hay una frase que me va como anillo al dedo así que se la voy a robar:
"Mira que cuesta que pasen los años cuando son oscuros. Cuando son claros, en cambio, vuelan".
Mis hijos han llenado mi vida de claridad, porque desde que están conmigo me vuelan los días y los años.
Tres años aproximadamente tiene este blog, hace tres años que le quité el pañal a mi hijo porque empezaba el colegio en septiembre y no las tenía todas conmigo porque lo veía más bebé que niño y cuando me dijeron que tenía que llevar bata de botones para practicar la motricidad fina me entraron sudores fríos.
Hemos tenido momentos de todo, sobretodo por las mañanas, esas mañanas gloriosas llenas de llantos y de mocos en las cuales mi hijo no quería ir al colegio. Ha llorado en P3, en P4 y un par de meses de P5, me ha partido el alma y ha acabado con mi paciencia y justo ahora que parecía cogerle el gustillo a la escuela va y empiezan las vacaciones. Salimos del colegio llorando, bueno llorando él para no perder costumbre. No sé si es porque todos los niños de cinco años funcionan igual o es porque es in vitro. Hijo mío, le dije el otro día, tú en tu línea que cuesta más meterte que sacarte y eso que sacarte costó un mundo, cuando hay que ir al parque no quieres ir y luego para marcharnos no hay manera, con la hora del baño lo mismo, no ves el momento de meterte y luego el momento de salir... Me miró con esos ojos de bambi desvalido velados por las lágrimas es que yo quiero a la Emma y quiero ir al cole con mis amigos ¿el año que viene estaré con mis amigos?, me da mucha pena que se acabe el cole... Bueno supongo que en parte se huele que el año que viene se le va a acabar la buena vida, fuera Racons de jocs i espais, más letras, más números y lletra lligada a porrillo.
Ni que decir que me siento terriblemente orgullosa de él y que lo quiero más que a mi vida.
"Mira que cuesta que pasen los años cuando son oscuros. Cuando son claros, en cambio, vuelan".
Mis hijos han llenado mi vida de claridad, porque desde que están conmigo me vuelan los días y los años.
Tres años aproximadamente tiene este blog, hace tres años que le quité el pañal a mi hijo porque empezaba el colegio en septiembre y no las tenía todas conmigo porque lo veía más bebé que niño y cuando me dijeron que tenía que llevar bata de botones para practicar la motricidad fina me entraron sudores fríos.
Hemos tenido momentos de todo, sobretodo por las mañanas, esas mañanas gloriosas llenas de llantos y de mocos en las cuales mi hijo no quería ir al colegio. Ha llorado en P3, en P4 y un par de meses de P5, me ha partido el alma y ha acabado con mi paciencia y justo ahora que parecía cogerle el gustillo a la escuela va y empiezan las vacaciones. Salimos del colegio llorando, bueno llorando él para no perder costumbre. No sé si es porque todos los niños de cinco años funcionan igual o es porque es in vitro. Hijo mío, le dije el otro día, tú en tu línea que cuesta más meterte que sacarte y eso que sacarte costó un mundo, cuando hay que ir al parque no quieres ir y luego para marcharnos no hay manera, con la hora del baño lo mismo, no ves el momento de meterte y luego el momento de salir... Me miró con esos ojos de bambi desvalido velados por las lágrimas es que yo quiero a la Emma y quiero ir al cole con mis amigos ¿el año que viene estaré con mis amigos?, me da mucha pena que se acabe el cole... Bueno supongo que en parte se huele que el año que viene se le va a acabar la buena vida, fuera Racons de jocs i espais, más letras, más números y lletra lligada a porrillo.
Ni que decir que me siento terriblemente orgullosa de él y que lo quiero más que a mi vida.
lunes, 25 de octubre de 2010
Hay las "itis"...
Si hay una virgen del perpétuo moco nos tendremos que encomendar a ella para ver si se los queda todos porque en casa, desde que empezó el cole el pequeñajo, nos vamos pasando los virus los unos a los otros. Hacía años, desde mi adolescencia para ser exactos que no pillaba estos trancazos tan gordos, en un mes llevamos dos faringitis y mi marido que parecía inmune a los resfriados tampoco se ha librado.
Encima esta noche Gabriel tenía cagarrinas, no parece que haya ido a más y exceptuando que se ha tirado un pedo con sorpresa al mediodía y se ha estucado los calzoncillos, parece encontrarse bien...
Supongo que las profesoras de los pequeñajos sobretodo, deben ser inmunes a estas alturas entre tanto fluido infantil contaminado, son vacunas humanas. Si las muerde un vampiro seguro que les daría hasta por rezar un rosario...
Encima esta noche Gabriel tenía cagarrinas, no parece que haya ido a más y exceptuando que se ha tirado un pedo con sorpresa al mediodía y se ha estucado los calzoncillos, parece encontrarse bien...
Supongo que las profesoras de los pequeñajos sobretodo, deben ser inmunes a estas alturas entre tanto fluido infantil contaminado, son vacunas humanas. Si las muerde un vampiro seguro que les daría hasta por rezar un rosario...
miércoles, 29 de septiembre de 2010
Recuerdos escolares (I)
Estoy monotemática con esto de que mi hijo haya empezado el colegio, no dejo de observarlo y de pensar también en mi infancia y mi adolescencia escolar... Últimamente llora, bueno, de tres semanas que lleva de cole, ha llorado dos, la primera iba tan pancho por la novedad, que si la plastilina, que si los coches de juguete, los niños, las canciones. Y aunque le gusta, él mismo lo corrobora "zi, me guta el cole mami" "¿y por qué lloras?" le pregunté sin esperar respuesta, porque aunque habla a veces no lo entiende ni su madre, que soy yo o me sale por peteneras (¿como se llama el abuelo? Paco ¿como se llama la abuela? Paco también... Eso es economizar recursos),sin embargo dejó su cochecito de juguete en el suelo y me miró con sus ojazos negros "Poqué la mama se va".
Claro, menuda pregunta la mía, si es que es de lógica aplastante...
La verdad a pesar de sus lloros, que le duran justo girar el edificio en el patio, sé que está bien, sé que le gusta, que se lo pasa bien, que su profesora y las auxiliares (de momento hay dos profesoras por clase) son cariñosas, les secan las lágrimas, los calman, los achuchan y los miman y otra madre con otra hija más mayor me corroboró que así era, que no era cuento, que eran majísimas.
Si se mean o se cagan encima, los cambian, el otro día el mío se cagó hasta el cuello, hasta lo ducharon, sé de colegios, yo pensaba que era un mito urbano pero amigas foreras de otros puntos de España me lo corroboraron (escuela pública también, es que si encima pagas...), que en si se lo hacen encima llaman a los padres para cambiarlos y si estás en el puesto de trabajo tienes que ausentarte .Y yo me pregunto... ¿y si eres maestra de esta escuela y tu hij@ de tres años acude a otra también te ausentarás de tu puesto de trabajo? Pués claro que no, generalmente se pacta con otras madres o se rota a turnos, o te buscas la vida, porque si eres médico y estás operando a vida o muerte a un paciente, no lo dejas en mitad del quirófano con las visceras fuera porque tienes que cambiarle de ropa a tu hijo porque se ha cagado encima.
Pero vamos, vaya tela marinera, que gusto debe dar dejar a tus hijos en el cole sabiendo que si se caga lo van a dejar con la plasta en el culo hasta que aparezcas para limpiarlo, o peor todavía, con el pipí helado en pleno invierno...
Entonces pensaba que ser profesor, sea a la edad que sea, y sobretodo a edades tan tiernas, debería ser algo vocacional, deberían hacer psicotécnicos para comprobar que los profesores son personas cualificadas para desempeñar su puesto de trabajo, para enfrentarse con 20 o más alumnos por clase cada mañana y reitero, cuanto más pequeños sean, más exigencias para desempeñar el puesto.
Recordaba mis años en el parvulario. En P4 la cosa fue bien (entonces el P3 te lo pasabas en casa o en la guardería), tenía una profesora que se llamaba Mercedes, muy joven y motivada que se pasaba el día leyendo cuentos y cantandonos canciones. De esa época lo que me viene a la cabeza es el ruído de los punzones resiguiendo dibujos, piezas de colores para hacer torres y poco más, no recuerdo nada malo de aquella época y no lloraba al ir al cole.
Lo terrible llegó en P5, teníamos una profesora que se llamaba Conchita (que asco, como yo tenía que llamarse) y me faltan apelativos peyorativos para describirla. Era andaluza (a simple modo informativo, que conste) y fumaba como un carretero, porque en aquella época, hablo del año ´78, todavía era lícito intoxicarle los pulmones a los alumnos. Recuerdo unas sandalias de plataforma que ni el mismísimo Frankenstein, y unos tejanos de campana, unas gafas grandes de sol a lo Risto Mejide. Pero sobretodo recuerdo el terror que me causaba su presencia y su voz.
Por las mañanas nada más sentarme, yo lloraba de miedo en el pupitre y ella me cogía de la mano, me sacaba al pasillo y me decia tajante que hasta no parase de llorar no entrara en clase.
Creo que era la única imbécil de toda la clase a la que se le ocurría llorar. Entre hipidos lograba contener mis lágrimas y entrar de nuevo en el aula.
Estamos hablando de una niña de 5 años, una niña "buena" y no es está mal decirlo, que yo era de las que se portaba bien, de las que obedecían y no armaban jaleo y de las que ya sabía leer, vamos que lo único que con dos palabras bien dichas me hubiera callado rapidito.
Cuando se enfadaba con un niño, lo subía a la mesa y lo amenazaba con quitarle bajarle los pantalones, algo al parecer también muy común en los ´70.
Al año siguiente no volvió a la escuela, luego me enteré por mis hermanos que había tenido un accidente doméstico, se le había caído una olla de agua hirviendo encima. Ni idea que le pasó. Si sigue viva, porque no sé que edad puede tener ahora: señorita Conchita del colegio Provenzana de Hospitalet de Llobregat, ojalá ese año fuera el último que ejercieras la docencia.
Y soy educada, porque he borrado los insultos.
Seguramente, la pobre mujer, no era tan mala como la veíamos (yo no era la única que le tenía terror, creo que toda la clase estaba atemorizada), pero bajo la mirada de unos niños de 5 años resultaba monstruosa.
Claro, menuda pregunta la mía, si es que es de lógica aplastante...
La verdad a pesar de sus lloros, que le duran justo girar el edificio en el patio, sé que está bien, sé que le gusta, que se lo pasa bien, que su profesora y las auxiliares (de momento hay dos profesoras por clase) son cariñosas, les secan las lágrimas, los calman, los achuchan y los miman y otra madre con otra hija más mayor me corroboró que así era, que no era cuento, que eran majísimas.
Si se mean o se cagan encima, los cambian, el otro día el mío se cagó hasta el cuello, hasta lo ducharon, sé de colegios, yo pensaba que era un mito urbano pero amigas foreras de otros puntos de España me lo corroboraron (escuela pública también, es que si encima pagas...), que en si se lo hacen encima llaman a los padres para cambiarlos y si estás en el puesto de trabajo tienes que ausentarte .Y yo me pregunto... ¿y si eres maestra de esta escuela y tu hij@ de tres años acude a otra también te ausentarás de tu puesto de trabajo? Pués claro que no, generalmente se pacta con otras madres o se rota a turnos, o te buscas la vida, porque si eres médico y estás operando a vida o muerte a un paciente, no lo dejas en mitad del quirófano con las visceras fuera porque tienes que cambiarle de ropa a tu hijo porque se ha cagado encima.
Pero vamos, vaya tela marinera, que gusto debe dar dejar a tus hijos en el cole sabiendo que si se caga lo van a dejar con la plasta en el culo hasta que aparezcas para limpiarlo, o peor todavía, con el pipí helado en pleno invierno...
Entonces pensaba que ser profesor, sea a la edad que sea, y sobretodo a edades tan tiernas, debería ser algo vocacional, deberían hacer psicotécnicos para comprobar que los profesores son personas cualificadas para desempeñar su puesto de trabajo, para enfrentarse con 20 o más alumnos por clase cada mañana y reitero, cuanto más pequeños sean, más exigencias para desempeñar el puesto.
Recordaba mis años en el parvulario. En P4 la cosa fue bien (entonces el P3 te lo pasabas en casa o en la guardería), tenía una profesora que se llamaba Mercedes, muy joven y motivada que se pasaba el día leyendo cuentos y cantandonos canciones. De esa época lo que me viene a la cabeza es el ruído de los punzones resiguiendo dibujos, piezas de colores para hacer torres y poco más, no recuerdo nada malo de aquella época y no lloraba al ir al cole.
Lo terrible llegó en P5, teníamos una profesora que se llamaba Conchita (que asco, como yo tenía que llamarse) y me faltan apelativos peyorativos para describirla. Era andaluza (a simple modo informativo, que conste) y fumaba como un carretero, porque en aquella época, hablo del año ´78, todavía era lícito intoxicarle los pulmones a los alumnos. Recuerdo unas sandalias de plataforma que ni el mismísimo Frankenstein, y unos tejanos de campana, unas gafas grandes de sol a lo Risto Mejide. Pero sobretodo recuerdo el terror que me causaba su presencia y su voz.
Por las mañanas nada más sentarme, yo lloraba de miedo en el pupitre y ella me cogía de la mano, me sacaba al pasillo y me decia tajante que hasta no parase de llorar no entrara en clase.
Creo que era la única imbécil de toda la clase a la que se le ocurría llorar. Entre hipidos lograba contener mis lágrimas y entrar de nuevo en el aula.
Estamos hablando de una niña de 5 años, una niña "buena" y no es está mal decirlo, que yo era de las que se portaba bien, de las que obedecían y no armaban jaleo y de las que ya sabía leer, vamos que lo único que con dos palabras bien dichas me hubiera callado rapidito.
Cuando se enfadaba con un niño, lo subía a la mesa y lo amenazaba con quitarle bajarle los pantalones, algo al parecer también muy común en los ´70.
Al año siguiente no volvió a la escuela, luego me enteré por mis hermanos que había tenido un accidente doméstico, se le había caído una olla de agua hirviendo encima. Ni idea que le pasó. Si sigue viva, porque no sé que edad puede tener ahora: señorita Conchita del colegio Provenzana de Hospitalet de Llobregat, ojalá ese año fuera el último que ejercieras la docencia.
Y soy educada, porque he borrado los insultos.
Seguramente, la pobre mujer, no era tan mala como la veíamos (yo no era la única que le tenía terror, creo que toda la clase estaba atemorizada), pero bajo la mirada de unos niños de 5 años resultaba monstruosa.
sábado, 18 de septiembre de 2010
Lecturas obligatorias
No logro entender con que baremo se mide la calidad de un libro y porque narices nos obligaban en el instituto (y también en la EGB) a leernos unos libros infumables y pasados de moda. Los clásicos. Iba a poner el Quijote de vuelta y media pero como no me lo he leído (ni me lo pienso leer a menos que me paguen muy bien), pués ale, me ahorro la ironía. Se supone que el objetivo, a parte de conocer la literatura de la época y como escribían estos autores, algunos de ellos anónimos (no era para menos, más de uno hubiera debido hacer lo mismo y morir en el olvido como la mayoría de los mortales) era que nos aficionásemos a la lectura.
Sobran comentarios.
También hay que decir que hasta hace bien bien un siglo (y me aventuraría decir que menos), el mercado literario funcionaba de manera muy distinta a la actual. Para que se me entienda "en el país de los ciegos, el tuerto es rey". La cultura llegaba a poquísimas personas y no necesariamente esas personas tenían que ser buenos autores, había poca competencia y seguramente había más de un Cervantes o de un Shakespeare entre el pueblo llano y analfabeto.
Pués voy al grano.
En el número uno de mi ranking se dan de ostias Tristan e Isolda y Tirant lo Blanch, no recuerdo los autores y ni me voy a tomar la molestia en buscarlos en el google. El de Tristan e Isolda creo que me lo leí entero y el de Tirant lo Blanch pués tampoco estoy del todo segura aunque diría que me copié el trabajo de alguien...
El resto los pongo tal y como me vienen a la cabeza.
-Alfanhuí, de Rafael Sanchez-Ferlosio: pués lo leí en 1º de Bup y lo único que recuerdo fue la sensación que el autor se había fumao algo, que el argumento no tenía ni piés ni cabeza.
-El Lazarillo de Tormes: dentro de las obras obligatorias es de las menos inaguantables pero estoy segura que si alguien escribiera semejante bodrio hoy en día las editoriales no se darían precisamente de tortas por publicarlo, por eso el autor prefirió permanecer en el anonimato.
-Viaje a la Alcarria de Cela: me obligaron a leerlo en 7º de EGB y no sé en que estaría pensando el profesor de lengua para hacernos leer este libro a la tierna edad de 12 años. Me dieron ganas de arrancarme los ojos.
-La Celestina de Fernando de Rojas: bueno, confieso que la pude leer sin quedarme dormida.
Sí que me gustaron:
-Tiempo de Silencio de Luis Martín-Santos (lo he buscado en google) y no me obligaron a leérmelo, a mi hermana sí, rulaba por mi casa y en una gripe aburrida, me lo leí.
-El árbol de la ciencia, de Pío Baroja: era muy muy deprimente pero es una buena obra, además aprobé el exámen del libro con buena nota.
-Tormento de Benito Pérez Galdós: pués creo que lo leí en 3º de Bup y también me quedó buen sabor de boca, esto de la novela costumbrista era como el "Cuéntame" de la época.
-La plaça del diamant de Mercè Rodoreda (la plaça del diamante para las que sois de fuera de Catalunya), partía con la ventaja que ya me lo había leído, este y todos los de la autora, lo recomiendo a los lectores empedernidos pero el mejor para mi es Mirall Trencat (Espejo roto), si sois amantes de las sagas de familias depravadas, no tiene desperdicio.
Y a bote pronto no se me ocurren más, ya me contareis.
Sobran comentarios.
También hay que decir que hasta hace bien bien un siglo (y me aventuraría decir que menos), el mercado literario funcionaba de manera muy distinta a la actual. Para que se me entienda "en el país de los ciegos, el tuerto es rey". La cultura llegaba a poquísimas personas y no necesariamente esas personas tenían que ser buenos autores, había poca competencia y seguramente había más de un Cervantes o de un Shakespeare entre el pueblo llano y analfabeto.
Pués voy al grano.
En el número uno de mi ranking se dan de ostias Tristan e Isolda y Tirant lo Blanch, no recuerdo los autores y ni me voy a tomar la molestia en buscarlos en el google. El de Tristan e Isolda creo que me lo leí entero y el de Tirant lo Blanch pués tampoco estoy del todo segura aunque diría que me copié el trabajo de alguien...
El resto los pongo tal y como me vienen a la cabeza.
-Alfanhuí, de Rafael Sanchez-Ferlosio: pués lo leí en 1º de Bup y lo único que recuerdo fue la sensación que el autor se había fumao algo, que el argumento no tenía ni piés ni cabeza.
-El Lazarillo de Tormes: dentro de las obras obligatorias es de las menos inaguantables pero estoy segura que si alguien escribiera semejante bodrio hoy en día las editoriales no se darían precisamente de tortas por publicarlo, por eso el autor prefirió permanecer en el anonimato.
-Viaje a la Alcarria de Cela: me obligaron a leerlo en 7º de EGB y no sé en que estaría pensando el profesor de lengua para hacernos leer este libro a la tierna edad de 12 años. Me dieron ganas de arrancarme los ojos.
-La Celestina de Fernando de Rojas: bueno, confieso que la pude leer sin quedarme dormida.
Sí que me gustaron:
-Tiempo de Silencio de Luis Martín-Santos (lo he buscado en google) y no me obligaron a leérmelo, a mi hermana sí, rulaba por mi casa y en una gripe aburrida, me lo leí.
-El árbol de la ciencia, de Pío Baroja: era muy muy deprimente pero es una buena obra, además aprobé el exámen del libro con buena nota.
-Tormento de Benito Pérez Galdós: pués creo que lo leí en 3º de Bup y también me quedó buen sabor de boca, esto de la novela costumbrista era como el "Cuéntame" de la época.
-La plaça del diamant de Mercè Rodoreda (la plaça del diamante para las que sois de fuera de Catalunya), partía con la ventaja que ya me lo había leído, este y todos los de la autora, lo recomiendo a los lectores empedernidos pero el mejor para mi es Mirall Trencat (Espejo roto), si sois amantes de las sagas de familias depravadas, no tiene desperdicio.
Y a bote pronto no se me ocurren más, ya me contareis.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
Gilitonteces varias
De camino a casa al dejar a mi hijo en el cole (que por cierto, lleva desde el lunes llorando al hacer fila, mecachisenlamar), he estado pensando en las cosas inútiles y desfasadas que se ensañaban y se sospecho se siguen enseñando en las escuelas e institutos y en las cosas útiles que deberían enseñarse.
Cosas inútiles que se enseñan:
-Las raíces cuadradas: ni falta hace que explique el por qué.
-La importancia de hacer buena caligrafía: tampoco hace falta tener letra de médico pero a mi sobrino Eric le llevan machacando desde 1º que no tiene buena letra. Vamos a ver...Que estamos en la era de la informática, es como si a Cervantes le hubieran obligado a escribir el Quijote con un cincel y un martillo en las tablas de Moisés.
-Las derivadas, las integrales (y no son galletas) y todas las pijotadas matemáticas que enseñaban en BUP , a menos que fueras a estudiar ingenieria cuántica o la mismísima carrera de mates, dudo mucho, que sirvan para algo...
-La vertical puente y saltar al potro: tengo una amiga que aún tiene pesadillas con las clases de gimnasia (yo verdaderos terrores nocturnos). Y en 1º de BUP certifico que estas dos torturas medievales entraban a examen. Jamás hice la vertical-puente y jamás salté al potro, me ponía a la cola y dejaba pasar a los demás. Suspendí gimnasia y en septiembre me aprobaron por pena. Eso sí me ahorré romperme una pierna.
-Latín y griego: que conste que hice letras puras en 3º de BUP y aprobé ambas asignaturas, y confieso que hasta me gustaban "un pelín", si las comparamos con las matemáticas y las derivadas de las narices esto era un paseo por el campo pero no me han servido ni para jugar al trivial.
-Analizar frases: el complemento directo, el indirecto, el circunstancial y toda la patulea, al menos que hagas filología hispánica igual de inútil que las mates avanzadas.
-Dibujo lineal: que alguien me diga, además de mancharte los dedos de tinta y cagarte en el señor que fabricaba los rotrings (aunque mi hermanos me decían que más trágico era usar el tiralíneas), que utilidad tiene si no vas a hacer la carrera de arquitectura.
Cosas útiles que deberían enseñarse:
-A cocinar: no hace falta tener el nivel de Arguiñano, pero tampoco hay que conformarse con freír un huevo y hacerse unos macarrones. Unas lentejitas caseras, unas albondigas a la jardinera, una paella valenciana y cuatro platos dignos para la supervivencia sin joderte el estómago con frituras y precocinados los primeros seis meses de emancipación, son suficiente.
-A coser: tampoco basta con saber coserse un botón. Aprender a cogerse los bajos de unos pantalones (de nuevo mi madre se carcajea desde el más allá) o cambiar una cremallera (a coser las cintas de las batas del hijo que empieza el cole). Antes había una asignatura optativa en los institutos que se llamaba hogar, que era el equivalente a los trabajos manuales, porque de hogar poco, te enseñaban macramé (nunca la escogí, yo escogí coral, jajajaja, creo que ese año llovió a base de bien), ¿qué madre no ha tenido un macetero vacío de macramé criando polvo colgando del techo del comedor? (ni la mía se libró que mi hermana sí hizo hogar), también a hacer máscaras con papel maché, o figuritas de pan... Y me vuelvo a preguntar... ¿Que tendrá que ver el hogar con estas chuminadas?
-A llevar una casa y administrar los sueldos: suena muy yanqui esto de cocinar y cuidar niños pero la vida también es comer, tener hijos e intentar llegar a fin de mes.
-Bricolaje y lampistería: cambiar enchufes sin electrocutarte, arreglar un grifo sin inundar la casa e incluso aprender a alicatar una pared, con los precios prohibitivos que tienen los paletas y lo majas que son las cocinas de ikea...
-Respeto: con la cantidad de casos de moving, bulling y todo lo negativo que acabe en ing está claro que a muchos niños no se lo enseñan sus padres.
Otro día hablaré de los libros tostones que me han obligado a leer. Eso sí que es inculcar amor a la lectura, jesús!
Cosas inútiles que se enseñan:
-Las raíces cuadradas: ni falta hace que explique el por qué.
-La importancia de hacer buena caligrafía: tampoco hace falta tener letra de médico pero a mi sobrino Eric le llevan machacando desde 1º que no tiene buena letra. Vamos a ver...Que estamos en la era de la informática, es como si a Cervantes le hubieran obligado a escribir el Quijote con un cincel y un martillo en las tablas de Moisés.
-Las derivadas, las integrales (y no son galletas) y todas las pijotadas matemáticas que enseñaban en BUP , a menos que fueras a estudiar ingenieria cuántica o la mismísima carrera de mates, dudo mucho, que sirvan para algo...
-La vertical puente y saltar al potro: tengo una amiga que aún tiene pesadillas con las clases de gimnasia (yo verdaderos terrores nocturnos). Y en 1º de BUP certifico que estas dos torturas medievales entraban a examen. Jamás hice la vertical-puente y jamás salté al potro, me ponía a la cola y dejaba pasar a los demás. Suspendí gimnasia y en septiembre me aprobaron por pena. Eso sí me ahorré romperme una pierna.
-Latín y griego: que conste que hice letras puras en 3º de BUP y aprobé ambas asignaturas, y confieso que hasta me gustaban "un pelín", si las comparamos con las matemáticas y las derivadas de las narices esto era un paseo por el campo pero no me han servido ni para jugar al trivial.
-Analizar frases: el complemento directo, el indirecto, el circunstancial y toda la patulea, al menos que hagas filología hispánica igual de inútil que las mates avanzadas.
-Dibujo lineal: que alguien me diga, además de mancharte los dedos de tinta y cagarte en el señor que fabricaba los rotrings (aunque mi hermanos me decían que más trágico era usar el tiralíneas), que utilidad tiene si no vas a hacer la carrera de arquitectura.
Cosas útiles que deberían enseñarse:
-A cocinar: no hace falta tener el nivel de Arguiñano, pero tampoco hay que conformarse con freír un huevo y hacerse unos macarrones. Unas lentejitas caseras, unas albondigas a la jardinera, una paella valenciana y cuatro platos dignos para la supervivencia sin joderte el estómago con frituras y precocinados los primeros seis meses de emancipación, son suficiente.
-A coser: tampoco basta con saber coserse un botón. Aprender a cogerse los bajos de unos pantalones (de nuevo mi madre se carcajea desde el más allá) o cambiar una cremallera (a coser las cintas de las batas del hijo que empieza el cole). Antes había una asignatura optativa en los institutos que se llamaba hogar, que era el equivalente a los trabajos manuales, porque de hogar poco, te enseñaban macramé (nunca la escogí, yo escogí coral, jajajaja, creo que ese año llovió a base de bien), ¿qué madre no ha tenido un macetero vacío de macramé criando polvo colgando del techo del comedor? (ni la mía se libró que mi hermana sí hizo hogar), también a hacer máscaras con papel maché, o figuritas de pan... Y me vuelvo a preguntar... ¿Que tendrá que ver el hogar con estas chuminadas?
-A llevar una casa y administrar los sueldos: suena muy yanqui esto de cocinar y cuidar niños pero la vida también es comer, tener hijos e intentar llegar a fin de mes.
-Bricolaje y lampistería: cambiar enchufes sin electrocutarte, arreglar un grifo sin inundar la casa e incluso aprender a alicatar una pared, con los precios prohibitivos que tienen los paletas y lo majas que son las cocinas de ikea...
-Respeto: con la cantidad de casos de moving, bulling y todo lo negativo que acabe en ing está claro que a muchos niños no se lo enseñan sus padres.
Otro día hablaré de los libros tostones que me han obligado a leer. Eso sí que es inculcar amor a la lectura, jesús!
martes, 7 de septiembre de 2010
¡Al cole!
Pués el primer día de cole ha sido todo un éxito. Bueno, sólo ha estado una hora y media porque la primera semana es de adaptación. Estaba la mar de contento con su mochila de Buzzlightyear, su agenda del demonio de Tasmania, tan tan emociondo desde ayer que esta mañana a las 7:45 ya estaba despierto, casi lo asesino porque hasta las 11:00 no entraba (mañana va de 9 a 10:30) y yo tenía un sueño que me moría... El fin de semana me lo pasé marcando su nombre en la ropa (en cinta que se plancha, si tuviera que bordarlo me suicidaba directamente) aunque no me libré de coser tiras en los cuellos de las batas y de las chaquetas para colgarlas en las perchas. Casi podía escuchar a mi madre escojonándose en el otro mundo diciéndome ves mujer lo útil que es saber coser, ya te lo advertí. No creo que las tiras sobrevivan muchos días a mis torpes puntadas, me he planteado graparlas...
El caso es que mi niño, ya lo he dicho muchas veces, es sociable por naturaleza, no ha derramado una sola lágrima (la verdad es que pocas lágrimas he visto, en este cole los del telediario enseñando niños llorones, iban apañaos, a este paso esta generación se emancipa a los diez años), hemos entrado hasta la clase (esta semana nos dejan entrar) y se ha puesto a jugar con un garaje de juguete y un montón de coches con otro niño y ale, si te he visto no me acuerdo. Le he dicho que me iba y nada, es que ni adiós, me ha dicho a jugá. No se lo tengo en cuenta, es que a mi hijo los vehículos le tiran mucho, de momento el refrán tiran más dos tetas que dos carretas en su caso hay que aplicarlo a la inversa.
A la salida pués no se quería ir. Pobrecito mío creo que este año mi hijo se ha aburrido mortalemente en nuestra compañía...
Si llora en los próximos días ya contaré...
El caso es que mi niño, ya lo he dicho muchas veces, es sociable por naturaleza, no ha derramado una sola lágrima (la verdad es que pocas lágrimas he visto, en este cole los del telediario enseñando niños llorones, iban apañaos, a este paso esta generación se emancipa a los diez años), hemos entrado hasta la clase (esta semana nos dejan entrar) y se ha puesto a jugar con un garaje de juguete y un montón de coches con otro niño y ale, si te he visto no me acuerdo. Le he dicho que me iba y nada, es que ni adiós, me ha dicho a jugá. No se lo tengo en cuenta, es que a mi hijo los vehículos le tiran mucho, de momento el refrán tiran más dos tetas que dos carretas en su caso hay que aplicarlo a la inversa.
A la salida pués no se quería ir. Pobrecito mío creo que este año mi hijo se ha aburrido mortalemente en nuestra compañía...
Si llora en los próximos días ya contaré...
viernes, 3 de septiembre de 2010
Dentro de nada al cole
Ayer asistimos a otra reunión escolar. Nada importante, más de lo mismo, batas, chandals, horarios de la adaptación escolar, que nos dejan entrar hasta la clase con ellos los primeros días, normas de la escuela etc. Esta vez me llevé a Gabriel, aprovechando que mi marido aún está de vacaciones y podía estar por él, para que le pareciese más real "el cole" ya que no ha ido a la guardería.
Tal y como sospechaba enseguida hizo amigos, se olvidó de su padre y luego no quería irse.
Habrá que esperar por eso al martes 7 de septiembre para ver si lo llevará tan bien en cuanto me despida de él... Pero me da a mi que este niño tiene unas ganas locas de "independizarse" y que está hartito de vernos...
Tal y como sospechaba enseguida hizo amigos, se olvidó de su padre y luego no quería irse.
Habrá que esperar por eso al martes 7 de septiembre para ver si lo llevará tan bien en cuanto me despida de él... Pero me da a mi que este niño tiene unas ganas locas de "independizarse" y que está hartito de vernos...
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