domingo, 15 de julio de 2012

Malas personas

Me hierve la sangre, para que engañarnos, después de ver confirmar mis peores sospechas: que la mayoría de dirigentes del PP son gentuza, mala gente. Pero malos malos. No de la talla de Hannibal Lecter o Dexter que al menos tienen estilo. Les debe quedar toda la mala leche que mamaron de Franco. A la mayoría nos hacen creer que para ser una mala persona, un psicópata, hay que destripar a alguien. No estoy segura del todo si Franco (y no me apetece mirarlo por internet) mató a alguien con sus propias manos, si se las manchó literalmente de sangre. Sin embargo fue un dictador y un asesino, y dictaba eso, asesinatos.
 Después de las declaraciones de Andrea Fabra, una hija de la gran puta (ya que entramos en insultos, que se joda ella) y de la jeta de Soraya Sáenz de Santamaría (que de santa más bien poco, más bien de lo mismo que su compi) después de anunciar los recortes (si comparamos con la de Elsa Fornero la ministra de italiana de trabajo que acaba llorando) a una gran parte de la población española le ha quedado claro que la derecha, el partido popular, disfruta con los recortes y destripándonos la vida. No es que sus antecesores lo hicieran mucho mejor pero parecía que no tenían alternativa "que no tenían más remedio", con esos ojitos de perro apaleado que ponen Zapatero y Rubalcaba. Pero los del PP, al parecer SI tienen alternativas (ambos partidos políticos las han tenido) porque ninguno de los recortes, o de los hachazos como dice Jose Antonio Pujante portavoz de IU, afecta a las grandes fortunas. Da la sensación que nos castigan, como cuando un padre regaña a su hijo porque se ha gastado toda la paga el fin de semana (pero por dios papá, es que con lo que me das no me llega ni para pipas, pues ni pipas vas a tener).
Hay un planteamiento que no deja  de rondarme la cabeza, la mayoría de los diputados del PP son católicos hasta las cejas y el concepto de bondad, de ser buena persona, de poner la otra mejilla, no lo tienen muy claro, eso de es "mejor dar que recibir" sí, porque nos están dando palos hasta en el DNI. Y digo yo ¿no tendrán miedo que Dios les castigue por ladrones, mentirosos y sádicos? Si yo, que no creo en otra vida después de esta, cuando pienso que lástima que lo del helicóptero de Rajoy y Espe, hubiéramos matado dos pájaros de un tiro o con que Soraya Sáenz esté criando un Dexter (o se lo estén criando mejor dicho) y la degüelle mientras duerme de aquí a unos añitos, me entra el sentimiento de culpa porque mis padres me inculcaron, como buenos católicos no practicantes, que no hay que desear el mal a nadie, por muy malo, valga la redundancia, sea la persona.
En fin, yo también me he vuelto mala persona.

3 comentarios:

Circe dijo...

Me viene una frase a la cabeza cuando mencionas q son católicos (católicos... Como Rouco Varela, Conchi, no como tus padres): "A diferencia de la solidaridad, que es horizontal y se ejerce de igual a igual, la caridad se practica de arriba a abajo, humilla a quien la recibe, y jamás altera ni un poquito las relaciones de poder". No se puede comparar a San Francisco de Asís con Ratzinger... Estos católicos no saben más que de poder y opresión. Son como Frodo cuando sucumbe al poder pernicioso del anillo, son monstruos sin entrañas cegados por la codicia, contaminados por unos ideales esperpénticos, retorcidos y alejados por completo de todo sentido común. Pero tranquila, que de ésta nos saca la virgen del Rocío según Fátima Bañez, ministra de empleo. Y calladitos, que los buenos esoañoles asumen los recortes en casa rezando el rosario.

Conxi dijo...

Nena a ver cuando reabres tu blog que tengo "mono" ;-)

Cayetana18 dijo...

Tienes toda la razón, yo también estoy indignada, pero no sólo eso, también aterrorizada ante el futuro que dejamos a nuestros hijos. Poco a poco, estos dirigentes están apropiándose de todo lo público, o firmando contratos a muy largo plazo para asegurarse monumentales ingresos aunque no vuelvan a ser reelegidos. La deuda que han adquirido por su mala gestión la pagarán no ellos, sino nuestros hijos y nuestros nietos, que serán mano de obra barata, con pocos derechos y un muy difícil acceso a una educación superior, sólo al alcance de unos pocos cuyos padres se han encargado de que el abismo entre pobres y ricos sea cada vez más infranqueable.