Es extraño... El otro día le comentaba a mi marido que desde que soy madre y concretamente, desde que ha nacido Ángela, he dejado de creer en el más allá. No sé en que preciso instante durante los últimos seis meses pensé cuando esto se acaba, se acabó.
Me asusta la muerte, lo confieso, pero lo que más me asusta es el hecho de dejar a mis hijos crecer sin mi presencia.
El año pasado murió una chica que tenía una tienda de ropa en el barrio. Así de repente. A penas la conocía, le había comprado dos abrigos en las rebajas cuando aún no estaba embarazada de Ángela. Entré con mi hijo en la tienda, intercambiamos algunas palabras, que bebé más bonito, mi hij@ tiene cuatro años, que rápido pasa el tiempo, disfrútalo que crecen rápido...
Tenía puesta música de Depeche mode y pensé anda esta es de mi quinta...
Se me quedará grabado de por vida que cuando lavase el abrigo le diera la vuelta y no le echara suavizante...
Se llamaba Sonia, tenía 34 años y la tienda se llamaba Mal paso como la productora de Clint Eastwood.
De un derrame cerebral...
La tienda sigue abierta por liquidación y si puedo evitarlo intento no pasar por delante porque me entra una tristeza infinita.
2 comentarios:
Bueno cielo, la vida sigue y tenemos que vivir la vida con alegría y no dejarnos llevar por la tristeza...
Pues yo sì creo q hay algo más (quiero creerlo). No me refiero a un cielo ni infierno ni nada de eso, sino otra cosa, otra dimensión, o espacio o lugar... Nuestra "energía" tiene q ir a alguna parte ;-)
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