He soñado que tú eras yo. Me mecías en tus brazos mientras me cantabas una nana y yo, con la cabeza recostada en tu pecho, escuchaba el sonido de tu corazón...
Y entonces te miré y te vi joven, con el cabello negro recogido en un moño de geisha y los labios pintados de rojo como cuando de pequeña, fascinada, veía como te maquillabas delante del espejo de tu habitación.
Luego he despertado y durante un instante, aún estabas...
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